¿ Jerónima y Vicente?¿ Josefa y Valerio?....
Gracias a Mar y a Carlos por esas sardinas tan ricas que tomamos este espectacular atardecer en el Apalanque con Lucía, Sete y otros amigos con los que nos reímos un montón.
La vida debió ser dura en estos parajes aunque me resulta idílico contemplar una mansión al borde de un acantilado sobre playas de cantos de cuarzo blanco, totalmente solitaria. Me parece muy bella ahí a la luz de la luna y le pido perdón porque casi prefiero que desaparezca dígnamente con el tiempo a que lleguen las grúas y la sustituyan por una urbanización.
Otro tópico que no me parece cierto, que lo de fuera es más bonito que lo nuestro. Ciértamente el planeta está lleno de lugares espectaculares y únicos. A veces nos frustramos pensando que son inaccesibles para nosotros por motivos varios. Mi reflexión quizás obvia es que muy cerca nuestra existen lugares maravillosos y que molestándonos en descubrirlos podríamos disfrutar de la Naturaleza llenando los cinco sentidos. Saber mirar mas cerca, saber mirar más hacia adentro...
No se me ocurre otro título más hortera para esta toma. Me alegra mucho que se restauren estos edificios para que generaciones posteriores aprendan la historia de nuestra tierra. La Mina Matilde ha quedado preciosa, todavía no he realizado la visita del interior pero lo que veo de las instalaciones me gusta bastante. En los aledaños, la Mina Blanca está en proceso de recuperación y es más bella aún.
Paseando por la tierra de Sara Montiel el tiempo no nos ha dado tregua. Un frío que se metía en el alma. La tarde era especial por la tormenta que nos venía encima y sobre todo porque el paisaje de La Mancha es mucho más bonito de lo que la mayoría conoce o se imagina. Un momento inolvidable tomando un café en compañía de los seres a quien más quiero, en un local cuyo balcón mira hacia los tejados de Campo de Criptana. Precioso...
Crece la luna y crecen las pasiones y las emociones, por algo estamos en semana santa. Después de un día con lluvia, granizo, frío, calor...la noche nos ha regalado esta luna creciente que en Cala Reona revela un paisaje precioso.
"Some day i´ll touch the blue blue sky". Algún día tocaré el cielo azul azul. Después de un día muy ventoso llegó la calma regalándonos este precioso atardecer a orillas del mar en Bolnuevo. La textura de las nubes me pide a gritos ser acariciada. Como dice A.Parson, some day i´ll touch.....
El mar también tiene cabellos. ¿Serán de una sirena? Verlos mecerse por las olas me transmite paz. Espero que a tí también te hagan sentir algo bello.
La Naturaleza es sabia y esa casita preciosa que un día albergó la felicidad de sus ocupantes, pronto será solo un recuerdo. Musgos y helechos volverán a ocupar el lugar que alguien un día les arrebató.
Paseando por un bosque como este podría ser relajante pero no ha sido así para mí, lo exótico y bello del lugar me excita interiormente, me hace gozar de veras. Ojalá y el lugar continúe así por mucho tiempo.
Bonitos atardeceres nos regala El Mar Menor. ¿Y que le regalamos nosotros?. Es impresionante ver el resultado del ser humano sobre este entorno, se me encoje el alma cuando lo veo paseando por la playa, me detengo, reflexiono e intento aportar algo de belleza a algo que no la puede tener plasmándolo en una foto como esta.
